Y ahora ¿qué viene?
Natalia Cardenas, Bogotá
Cet article a obtenu le premier prix du Jury de Sc Po Poitiers 2017 » Illustre et synthétise de manière objective l’état d’esprit actuel en Colombie! » 
Negociación. Acuerdo. Polarización. Plebiscito. Ganó el No. No se levanta la mesa. Renegociación. Nuevo Acuerdo. Ratificación via Congreso. Comienza la implementación. ¿Ahora qué?
Es cierto que hasta ahora el Proceso de Paz no ha tenido precisamente un desarrollo simple y ha causado profundas fracturas en la sociedad. Para muchos lo acordado no tiene la suficiente validez y se ha cedido demasiado en puntos importantes como la participación política de antiguos miembros de las FARC y la Justicia Transicional llegando así a agitados debates con quienes lo apoyan. Ahora, con el Acuerdo ratificado no queda más que seguir adelante y empezar con el tránsito hacia el Posconflicto. Sin embargo el camino está lleno de obstáculos y dificultades no solo por su complejidad, sino también por la falta de consenso frente a éste.
Es importante saber que, paradójicamente, una de las mayores problemáticas a las que nos tendremos que enfrentar es la disolución de las FARC como una fuerza armada. En efecto, el cronograma estricto que se estipuló en la Habana no tiene en cuenta las dificultades logísticas a las que el Gobierno y las entidades de verificación han tenido que hacer frente en los primeros pasos de la dejación de armas. Un álgido debate ya está servido por las dificultades de acceso a las zonas veredales de transición que se traduce en obstáculos en la llegada de insumos necesarios para el diario vivir de los ex-guerrilleros así como de elementos como los containers de la Misión de Verificación de la ONU para la recolección de armas.
Adicionalmente, la terminación de su estructura armada se traduce en su desaparición de territorios que han controlado históricamente, muchas veces con presencia de narcotráfico, de contrabando, de extracción ilegal de recursos mineros, entre otras actividades ilícitas. Frente a esta situación este tipo de espacios pueden llegar a ser escenarios de sangrientas disputas por su control por parte de otros grupos ilegales como el ELN, las BACRIM y grupos disidentes sin la llegada oportuna y eficaz de las Fuerzas Armadas. De hecho ya existen denuncias sobre la presencia de nuevos grupos ilegales en zonas apartadas del país como en el Catatumbo. Además toca saber cómo manejar la problemática de las disidencias de esta guerrilla, que no pueden beneficiarse de las ventajas que surgen de la desmovilización que son tan amplias como ayudas financieras, la amnistía y el cese al fuego. Sin embargo se debe luchar contra este tipo de organizaciones para evitar su fortalecimiento y una continuación del conflicto.
Otro gran desafío al cual tendremos que hacer frente como comunidad serán los costos que necesitan ser afrontados en el proceso del posconflicto. Éstos son ciertamente importantes ya que las responsabilidades adquiridas en la Mesa de Negociación son significativas pero necesarias para un real desarrollo del país. Según la Comisión de Paz, en los próximos 10 años, la inversión que deberá hacer el Gobierno Nacional asciende a más de 50 billones de pesos. Es claro que no es una suma despreciable sobre todo para un país en desarrollo, pero este costo se debe considerar como una inversión y no es la más elevada que se deberá hacer en el futuro próximo.
Es importante tener en cuenta que se pronostica que el posconflicto tenga también efectos más que positivos para la economía del país. Según el Gobierno, se espera que el crecimiento del PIB del país tenga aumente entre 1 y 1.5 puntos más por año. Esto se debería principalmente a un crecimiento de la inversión extranjera en el país debido a una mayor confianza de entes extranjeros, a un desarrollo de industrias como el turismo y a un acceso de regiones apartadas del país a nuevos productos de consumo que se acompañaría de un aumento en el poder adquisitivo de sus pobladores. Adicionalmente, a mediano plazo, se espera que el presupuesto destinado a la Defensa disminuya progresivamente. A título comparativo, se estima que la suma de los costos directos del posconflicto se saldarían con aquellos destinados a una semana de Defensa. De este modo, los recursos antiguamente destinados a la guerra contra las FARC se invertirían en otros sectores como la educación, la salud o incluso las infraestructuras del Estado.
En Colombia todos sabemos que el posconflicto va a engendrar grandes dificultades en la sociedad y éstas no serán necesariamente fáciles de superar. Las experiencias de otras naciones que también han pasado por Procesos de Paz como El Salvador y Nicaragua nos han demostrado que el posconflicto es la parte más delicada para obtener la Paz, y que no siempre se logra llegar a los objetivos planteados. Para muchos se debe hacer lo posible para que los cinco años de negociaciones lleguen a tener un resultado tangible y real para las comunidades por más que los costos y los retos sean importantes. En este momento un elemento fundamental será que paren las disputas y las fracturas en la sociedad: resolver nuestras diferencias de manera pacífica es el primer paso para lograr la Paz estable y duradera con la cual tanto hemos soñado.
Et maintenant… quoi faire?
Négociations. Accords. Polarisation. Référendum. Le Non l’emporte. Les dialogues restent ouverts. Renégociations. Nouveaux Accords. Le Congrès les ratifie. Le processus est mis en marche. Et maintenant?
C’est vrai que jusqu’à maintenant le Processus de Paix n’a pas été simple et a causé de profondes fractures dans la société. Pour un grand nombre de personnes les Accords n’ont pas un bien-fondé suffisant et le Gouvernement a trop cédé sur des sujets controversés tels que les points relevant de la participation politique des anciens membres des FARC et la Justice Transitionnelle. Ce qui a déclenché des débats mouvementés contre ceux qui défendent les dialogues et les Accords obtenus à la Havane. Désormais, avec des Accords ratifiés, il ne reste qu’à avancer et commencer le long chemin du Post Conflit. Néanmoins, ce chemin est épineux et plein d’obstacles pas seulement à cause de sa complexité mais aussi en raison du manque de consensus qui l’entoure.
Il est important de noter que, paradoxalement, une des problématiques majeures á laquelle il faudra faire face est la dissolution des FARC comme force armée. En effet, le chronogramme strict déterminé à la Havane n’a pas pris en ligne de compte les difficultés logistiques auxquelles le Gouvernement et les entités de vérification ont dû faire face pendant les premières étapes de la cession d’armes. Un débat intense est à l’ordre du jour, causé par les difficultés d’accès aux zones périphériques de transition, notamment en ce qui concerne l’approvisionnement des produits de base des ex-combattants ainsi que des conteneurs de la Mission de Vérification de l’ONU pour la récupération des armements.
De plus, l’implosion de la structure armée des FARC se traduit par sa disparition des territoires qu’elle a contrôlée historiquement, qui ont subi souvent les conséquences du narcotrafic, de la contrebande, de l’extraction illégale de ressources minières entre autres activités illicites. Face à cette situation, ces espaces peuvent devenir le scénario de violentes disputes pour leur contrôle de la part d’autres groupes illégaux tel que l’ELN, les BACRIM et les groupes dissidents sans l’arrivée opportune des Forces Armées. De fait, il existe déjà des dénonciations de la présence de nouveaux groupes illégaux dans des zones périphériques du pays comme le Catatumbo. Il faut aussi trouver des solutions à la problématique des dissidences de cette guérilla, qui ne peuvent pas bénéficier des avantages de la démobilisation, notamment en matière d’amnistie, des aides financières et du cessez-le-feu. Hélas, il ne faut pas oublier le combat contre ce type d’organisation afin d’éviter leur renforcement et un prolongement du conflit.
Les coûts liés au processus du post conflit représentent un autre défi immense auquel la communauté devra faire faire. D’après la Commission de Paix, tout au long des de la prochaine décennie, l’investissement que l’État devra assumer est supérieur aux 50 milliards de pesos. C’est loin d’être une somme négligeable, notamment pour un pays en voie de développement, mais elle doit être considérée comme un investissement pour le futur et doit être relativisée dans cette optique, à moyen terme.
Un autre facteur à prendre impérativement en ligne de compte sont les effets prévus plus que positifs du post conflit sur l’économie nationale. Le Gouvernement espère un surplus de croissance du PIB compris entre 1 et 1.5 point par an. Ceci serait principalement dû à une hausse de l’investissement étranger dans le pays résultat d’une confiance plus importante de la part d’organisations multinationales, à un développement d’autres secteurs d’activité comme le tourisme et à une amélioration de l’accès à de nouveaux produits de consommation pour les régions éloignées qui serait accompagné par un accroissement du pouvoir d’achat de ses habitants. De plus à moyen terme, il est attendu que la part du budget consacré à la Défense diminue progressivement. À titre comparatif, il est estimé que la somme de tous les coûts directs du post conflit serait réglée avec les ressources du budget d’une semaine de Défense. De cette manière, les ressources anciennement utilisées pour la guerre contre les FARC seraient investies dans d’autres secteurs tel que l’éducation, la santé publique ou encore les infrastructures étatiques.
En Colombie, nous savons que le post conflit fera apparaître des grandes difficultés au sein de la société et celles-ci ne seront pas simples à franchir. Les expériences d’autres nations qui ont déjà connu de Processus de Paix comme El Salvador et Nicaragua nous ont démontré que le post conflit est la phase la plus délicate pour obtenir la paix et que l’on n’arrive pas toujours aux objectifs fixés. Pour un grand nombre il faut faire tout notre possible pour que les cinq années de négociations débouchent sur des résultats réels et tangibles pour les communautés, même si les coûts et les défis sont immenses. Aujourd’hui, un élément fondamental est que les disputes et les fractures dans la société cessent : résoudre nos différences de manière pacifique est le premier pas vers la paix stable et durable dont on a toujours rêvé.
Deberías parar de hablar todo el tiempo sobre este tema… Creo que ya es un tema que, si bien es importante, no se trata con la misma potencia con la que se hablaba hace unos meses.
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